miércoles, 12 de enero de 2011

Gran Vía

Al llegar a la estación de Gran Vía, mis ojos se posaron sobre el comic que leía un chico vestido de una mezcla de jugador de la NBA, esquimal y fugitivo de la justicia (Que en su huida había cogido unos pantalones 10 tallas mayor que la suya, porque los llevaba de manera que tres cuartas partes de los calzoncillos asomaban por encima).

El caso es que comencé a repasar mentalmente personajes de comic y dibujos animados y como, vistos con la perspectiva de la edad, me provocaban preguntas que la inocencia de un niño jamás se plantea. No me refiero a las preguntas fáciles y obvias como:

- ¿Porque el pato Donald lleva camisa pero no pantalones?

- Si Pluto es un perro…¿Que coño es Goofy?

- Cuando el Tío Gilito se comía un filete… Seguramente se estaba comiendo a un bicho que hablaba…

- ¿De donde sacaba la pasta el Coyote para comprar las trampas marca ACME? ¿Porqué no se compraba un buen solomillo con esa pasta?

Me refiero a preguntas y analogías adultas como: Pierre Nodoyuna y su extraña coincidencia con Lewis Hamilton, que postura le gustaba mas a Vilma con Pedro Picapiedra, (A ver de donde os creéis que salió Peebles…), Para los que veían Súper ratón… ¿Que narices es Mineralizarse? Vitaminarse si, pero ¿¿¿Como se mineraliza uno???

 

 

Las puertas se cerraron y el convoy comenzó su marcha disolviendo mis pensamientos. De repente, una señora de otoñal edad y prietas carnes, que arrastraba un pequeño amplificador y sostenía un micrófono, trasteó con los mandos de un pequeño aparato. Y como una plaga bíblica, comenzó a sonar una canción (sin duda soviética) que nadie que no haya vivido en un Gulag siberiano podría oír (A no ser que esté poseído por San Eristoff) sin encoger los hombros y torcer el gesto. No contenta con el efecto causado en la consideración del suicidio como opción aceptable por parte de todos los presentes, comenzó primero con un suave y sentido gorgojeo que nos hizo temer lo peor. Poco a poco a medida que se iba emocionando, (Sin duda recordando el frio que paso en Moscú en Febrero del 56) su voz aumentaba en volumen, en agudeza, en intento de asesinato, en hecatombe mundial… hasta que en una estrofa, en la que parecía relatar como era interrogada en los calabozos de la KGB, su voz llegó a la categoría de crimen de lesa humanidad, para de pronto cesar y hacerse el silencio (Bueno, silencio del todo no, ya que el amplificador seguía escupiendo balalaika a troche y moche, pero la sensación fue parecida). Un silencio que en cualquier país civilizado hubiera dado paso al apedreamiento de la Chochonova.

El Spiderman gordinflón comenzó a aplaudir y estuve a punto de darle un pescozón. Ella le miró golosa e inclinó levemente la cabeza con un saludo copiado de una diva del Bolshoi (Por su tamaño podría ser seis divas del Bolshoi..).

Sacó un pequeño monedero y recorrió el vagón. Al llegar al Spiderman gordinflón, este saco una moneda y de nuevo estuve a punto de darle un pescozón. Cruzaron miradas y ella con marcado acento ruso susurro (Ya podía haber susurrado antes) un “Gracias” que ilumino la cara del arácnido de Guanajuato. –De nada- balbuceó el. Ha sido precioso.  -“Gracias”- repitió ella en el mismo tono meloso.  El tren llegó a la estación y acabó la magia. La pérfida cantante salió escopetada y pude ver como entraba apresuradamente en el siguiente vagón antes de que se cerraran las puertas. El la siguió con la mirada mientras a través del cristal pudimos ver como volvía a trastear en el amplificador y como cambiaba el gesto de los pobres viajeros.

2 comentarios:

  1. Una pregunta más (y también ¿adulta?): ¿Por qué cada vez que Penélope Glamour quiere despistarte y ganarte te echa un polvo?

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  2. Jajajajaja! A ese tipo de preguntas me refería exactamente!

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