miércoles, 25 de agosto de 2010

Hoy.

Me siento como viviendo  en un nocturno de Chopin.
Como mirando por una ventana una tarde nublada de otoño. Viendo como el mundo se disuelve en colores grises y pardos. Y la lluvia, siempre la lluvia, cuando se retira, vencedora, marca la rítmica de mis pensamientos. A veces torturados, siempre vertiginosos. Hasta que se contagian, cogen el ritmo. Plic… Plic…
No es malo sentirse así. Mi nostalgia es necesaria, como las sombras en un cuadro. Da perspectiva a las formas y hace los colores mas bellos, al menos mas reales.
A veces incluso se debe llorar. Plic, plic, plic… como las gotas que quedan tras la lluvia, agazapadas en los aleros de las casas. Plic… Plic… Que insisten en recordarme que ha llovido. Y por tanto, que hace tiempo, también hubo sol.

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